Consejos para proteger tus pies en invierno
Proteger los pies en invierno también debe ser una prioridad porque, si bien no hay tanta exposición a factores externos ni contacto directo como el suelo como en verano, si los pies parecen más protegidos con un buen calzado en detrimento de las chanclas, hay otras amenazas que conviene repasar.
Cómo proteger tus pies en verano
1. Sin aprietos
Elegir un calzado que no apriete es fundamental para favorecer la circulación y, por tanto, probárselo antes debería ser condición sine qua non. Incluso si se compra por Internet.
Para hacerlo correctamente, deben estar bien abrochados, usar calcetín, comprobar que queda espacio entre el dedo más largo y la punta del zapato, que los dedos tienen movilidad hacia arriba y que es bastante flexible. Conviene caminar un poco para comprobar que, efectivamente, son cómodos.
2. Cuidado con las fuentes de calor
Proteger tus pies en invierno no es solo blindarlos contra el frío, sino también protegerlos del calor. Y es que pueden estar en contacto directo con fuentes como una estufa. Para favorecer la circulación, se recomiendan los baños que combinan el agua fría con la caliente.
3. Protección frente al frío y la humedad
El frío puede ser un agente agresivo, por lo que los pies deben estar debidamente protegidos con su calcetín y su zapato cómodo. Hay que comprobar que no tiene aberturas o agujeros por desgaste, que permitirán al agua penetrar en su interior, pero también que sea bastante transpirables.
Lo mejor, además, es una suela de goma que aísle y evite resbalones en los días de lluvia.
4. Atención a las señales
Los característicos pies fríos en invierno puede esconder patologías como los problemas de circulación, así que conviene no bajar la guardia. Sobre todo si se trata de personas mayores.
Proteger tus pies en invierno, por lo tanto, no es tan difícil. Tu salud y bienestar lo agradecerán.
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